Stephanie Lipscomb solo tenía 20 años, cuando unos fuertes dolores de cabeza comenzaron a atormentarla sin cesar. Agotadas todas sus fuerzas para tolerar el malestar, la chica desesperada acudió al hospital. Los resultados revelaron un terrible diagnóstico: Glioblastoma multiforme. En otras palabras, la joven padecía un tumor cerebral del tamaño de una pelota de tenis.
Stephanie se sometió a varias sesiones de quimioterapia para deshacerse de la tan temida enfermedad. Según los especialistas, el tumor se redujo en un 98%. Desafortunadamente, el cáncer es una enfermedad impredecible, y cuando el paciente cree sentirse mejor, a menudo, el tumor regresa para reclamar su lugar.
Seguro te estás preguntando: ¿Qué le sucedió después a esta pobre chica? Pues bien, Stephanie fue sometida a un tratamiento experimental, donde su cerebro sería infectado con el virus de la polio. ¡Sí, has leido bien, es exactamente el mismo virus que causa la poliomielitis! Esta terapia se basa en la sustitución de una enfermedad por otra. ¡Nada se perdía con intentarlo!
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